31 de Diciembre de 2008
SALUDO DE LAS  FARC EP AL PUEBLO COLOMBIANO:
    Culmina  otro año vergonzoso para los colombianos caracterizado como nunca por  una sucesión de crímenes, corrupción y gravísimos escándalos en  las más altas esferas del poder. Un año que será recordado por la  infame cadena de asesinatos, violencia y terror cometidos por la Fuerza  Pública contra nuestro pueblo, lo que ratifica una verdad que hemos  gritado ante el mundo entero desde hace más de 40 años: en Colombia  hay un régimen de Terrorismo de Estado.
    No  obstante, este 2008 también será recordado como el año en que se  fue descorriendo el velo del inmenso y engañoso fraude que han significado  los 6 años del gobierno fascista encabezado por el dictador Álvaro  Uribe Vélez. Porque fue un fraude su reelección alcanzada con engaños,  sobornos, truculencias y traiciones; fue un fraude su promesa de acabar  con el paramilitarismo, que, por el contrario, creció y mostró que  sus tentáculos y ramificaciones llegaron a dominar no solo organismos  de inteligencia como el DAS, sino que alcanzaron la propia casa de Nariño;  fue un fraude su política de acabar con la corrupción y la politiquería  pues no conoce la historia de Colombia administración más corrupta  que la actual. Pasarán los años y este Congreso será recordado en  la posteridad como un parlamento, (con honrosas excepciones de la oposición)  plagado de delincuentes confesos, mafiosos, componederos y paramilitares  con las manos tintas en sangre de compatriotas.
    Fue  un fraude su política anti drogas, pues en estos años aumentó la  producción de cocaína y se develó con meridiana claridad que los  paramilitares son una mafia del narcotráfico nunca combatida por las  Fuerzas Militares, que contaron y cuentan con la protección oficial  y que en nefanda alianza asesinaron sin compasión a millares de inocentes  en campos y poblados.
    Fue  un fraude su proclamada victoria contra la insurgencia. Las abultadas  cifras de muertos engañosamente presentadas a la opinión como pruebas  de los pretendidos triunfos contra la guerrilla alcanzados por sus falsos  “héroes,” devinieron de la horrenda masacre de miles de humildes  compatriotas, asesinados en un festín de muerte, llegando al extremo  de legalizar cadáveres y crear carteles para cobrar recompensas por  ellos, o, en su degradación moral, utilizarlos para obtener un permiso  o una licencia de vacaciones.
    Tras  la hipócrita denominación de “falsos positivos” lo que se esconde  no es más que un nauseabundo y espantoso crimen de lesa humanidad contra  los colombianos que apenas da una idea de la honda dimensión de un  genocidio ejecutado sistemáticamente durante décadas por la Fuerza  Pública contra nuestro pueblo y que reclama no destituciones compensadas  con embajadas, sino condenas penales ejemplarizantes.
    Proponer,  como lo hizo Uribe, que en las unidades militares se reciban las denuncias  sobre violación de los DD. HH. Es como si Hitler le hubiera pedido  a las SS que recibieran las quejas de los abusos cometidos por la Gestapo.
    Esta  engañosa salida no es más que otra estafa al dolor de miles de colombianos  que claman por conocer la verdad sobre la suerte corrida por sus familiares  asesinados a manos de las fuerzas militares del régimen. Lo que el  gobierno pretende es eludir la cuestión fundamental de todo este drama  y no responder qué pasó realmente con el asesinato de miles de nuestros  compatriotas, ni por qué fueron retirados 27 altos mandos militares  incluidos varios Generales a tiempo que otros renunciaron incluyendo  al comandante del ejército.
    El  qué, el cómo, el cuándo y el por qué de toda esta tragedia, son  preguntas que aún están sin respuesta.
    No  puede ser casual ni coyuntural una crisis que se repite cíclicamente  y por años. Estamos ante la evidencia de un hecho denunciado y negado  mil veces. Escándalos que se tapan con otros escándalos producto de  crímenes y de masacres. Mapiripán, La Rochela, el Aro, San José de  Apartadó, Urabá, El Naya, Jamundí, Guaitarilla, Cajamarca son nombres  ligados ya por la memoria colectiva a otras tantas tragedias y a los  nombres de Generales como Rito Alejo del Río, Uscátegui, Manosalva,  Montoya, Yanine, Iván Ramírez, Bedoya Pizarro, Mora Rangel, Ospina  y al mismo presidente Uribe.
    El  velo de las mentiras se está corriendo y más temprano que tarde brillará  la verdad plena, para bien de la patria.
    Es  la concepción mafiosa de la Seguridad Nacional y del Estado, la que  está en entredicho. Es la legitimidad de unas fuerzas militares, que  reclaman el monopolio de las armas de la República y se valen de ellas  para mancillarlas y para asesinara su propio pueblo, lo que está en  juego.
    Es  la propia legitimidad del Estado la que está cuestionada porque detrás  de la mentirosa retórica de la mal llamada “Seguridad Democrática”  lo que se esconde es la guerra sucia contra el pueblo: El Terrorismo  del Estado.
    Está  comprobado que las fuerzas militares actuando conjuntamente con los  paramilitares han desplazado a más de 4 millones de personas, desaparecido  a más de 25 mil compatriotas lanzando sus cuerpos a los ríos convirtiendo  a estos en cementerios sin tumbas, o en ocasiones arrojando vivas a  sus víctimas a las fauces de cebados cocodrilos, como solían hacerlo  en la hacienda de Miky Ramírez en Bolívar y en La Hacienda "  Villa Sandra ", en Puerto Asís (Putumayo). En los últimos 5 años,  han asesinado a más de1. 800 indígenas y 2. 570 sindicalistas.
    Las  confesiones de los jefes paramilitares sobre sus espeluznantes matanzas,  de sus estrechas relaciones y su financiamiento por parte de empresas  nacionales y multinacionales sorprendieron al país nacional, pero no  al establecimiento. Empresas como Postobón, Bavaria, Coca cola, Carbones  del Caribe, Brasilia, Copetran, Vikingos, Palmicultores del Magdalena,  Cafeteros de la Sierra Nevada, Carboneras del Cesar, ECOPETROL, Prodeco,  Pizano, Maderas 
    del  Darién; Maderas de la Cuenca del Río Truandó, Transportadores de  Carbón, Del Monte, Bancol, Drumond, Hyundai, Comcel, Club Vacacional  Mendihuaca, Caribbe And Resort, algunos contratistas de gases del Caribe,  Chiquita Brands (le regaló 3. 000 fusiles a los paramilitares) , Dole,  Proban, Uniban y Sociedad Emilia Hazbun y Cía., han utilizado al paramilitarismo  para imponer relaciones laborales precapitalistas y en otros casos,  para realizar sus grandes proyectos arrasando por completo con pueblos  de pobres y de indígenas como sucedió en la Sierra Nevada de Santa  Marta para la construcción de la represa sobre el río Bessote o la  represa de Urrá, en Córdoba, donde sin contemplación desalojaron  a todos los Emberá Katíos; y en Urabá, para el desarrollo de los  proyectos de palma africana y banano, donde el mismo paramilitar H.  H. reconoció sin rubor, haber asesinado a más de 3. 000 personas.
    El  monstruo de la narcoparapolítica se tomó a Colombia y compromete a  toda la cúpula del Estado, empezando por el propio Uribe cabecilla  principal del paramilitarismo, al vicepresidente Francisco Santos inspirador  del “Bloque Capital”, a la comandancia del ejército y de la policía  (los Montoyas, los Padillas y los Naranjos), al Ministro de Defensa  Juan Manuel Santos (que conspiró con Carlos Castaño), al ex jefe del  DAS Jorge Noguera y a más del 35 por ciento del Congreso.
    Este  régimen terrorista del gran capital y del latifundio genera una profunda  corrupción. Nunca antes las instituciones se habían enlodado tanto  por descender tan bajo, ni tampoco la delincuencia organizada había  subido tan alto, al punto, que la augusta Casa de Nariño conocida históricamente  como residencia presidencial y sede del gobierno de turno, ha sido convertida  por el presidente Uribe en algo así como el " basurero de Doña  Juana ", de cuyo fondo emanan tóxicos y pestilencias que a diario  envenenan el organismo de la nación y contaminan el ambiente más allá  de las frontera patrias.
    Porque  todo en este gobierno hiede como el inmoral caso de la Yidis política,  que estremeció al país cuando se conoció que la aprobación de la  primera reelección en el Congreso, fue producto del pago en prebendas  a Yidis Medina y Teodolindo Avendaño por parte de los Ministros de  la Protección Social e Interior, Diego Palacios Betancourt y Sabas  Pretelt respectivamente, y que hoy se repite agigantada, la inmoralidad  que pretende una repudiable segunda reelección de Uribe, sostenida  sobre trampas, narco dineros, sobornos y engañosa la población.
    El  derrumbe de las pirámides, de las que hace parte la familia presidencial  y cuyos costos tratan de descargar sobre los hombros de la gente humilde,  es otra muestra del engaño, la corrupción y las componendas de la  narcotizada clase política colombiana.
    Todo  esto acontece en medio de una crítica situación social deteriorada  al extremo por la reforma laboral uribista que cercenó las conquistas  obtenidas por los trabajadores tras años de intensas luchas y que generalizó  el esclavista sistema de las cooperativas de empleo para explotar más  a los obreros y empleados, situación afectada también porque una buena  cantidad de hospitales han sido cerrados, muchas universidades públicas  están sin presupuesto y otras paramilitarizadas, las empresas estatales  más rentables fueron entregadas a precio de ganga al capital trasnacional  (sobre todo gringo y español), el desempleo sigue su línea ascendente,  los salarios son bajos y la de pauperización permanente, el déficit  de vivienda aumenta, la cobertura social del sistema de salud es absolutamente  precaria, las insuficiencias educativas son crecientes, gran porcentaje  de los municipios del país carecen de agua potable, el arrasamiento  del equilibrio ecológico presagia catástrofes, los damnificados de  la violencia se sumen en el olvido oficial, se mantiene la desnutrición  secular de franjas importantes de la niñez colombiana, todo esto como  manifestaciones de la política de un estado y de una oligarquía voraz,  que solo piensa en su chequera y que como si fuera poco pretende comprometer  al país en un oneroso e inaceptable tratado comercial (TLC) con los  Estados Unidos.
    Y  mientras campea esa miseria social, el gobierno colombiano gasta anualmente  22. 21 billones de pesos, un 6, 5 por ciento del producto interno bruto  (PIB) que asciende a 351, 2 billones de pesos. Si el estado destinara  a educación y salud el total del gasto militar, con ese dinero  podrían   construirse  3. 666 escuelas y  220  hospitales de  tercer y  cuarto  nivel.  Pero no, 
todas las llaves que puedan conducir al mejor estar del pueblo están cerradas, el único grifo que dejan abierto para que el pueblo lo utilice hasta saciarse, es el de la muerte.
    A  tal despilfarro militar se suman los cerca de 10 mil millones de dólares  gastados por el gobierno de los Estados Unidos durante los últimos  6 años en su guerra contra el pueblo colombiano a través del imperial,  inútil y fracasado Plan Colombia porque la verdad es que nuestra soberanía  está completamente deshilachada ya que la injerencia norteamericana  es cada vez más grande y mayor la sumisión de Uribe, a quien el imperio  le designó en Latinoamérica el mismo papel de Caín que juega Israel  en el Medio Oriente. Por ello conspira y provoca buscando desestabilizar  los gobiernos de Chávez y Correa.
    Vale  recordar que el capitalismo mundial vive su peor crisis en muchos años  y que los efectos del colapso neoliberal y del Capitalismo Salvaje atropellan  a millones de seres humanos y al mundo sin que el sistema vislumbre  en su horizonte ninguna perspectiva para superarlo, aunque en los Estados  Unidos hayan elegido como presidente a Barack Obama, quien a pesar de  las expectativas que ha generado, difícilmente podrá colmar las esperanzas  que muchos han depositado en él.
    Solo  la iniciativa creadora de los pueblos y sus luchas pueden corregir el  rumbo del actual caos y el socialismo se yergue otra vez, como el único  que puede humanizar el planeta y enrumbara la sociedad por caminos de  paz, igualdad, justicia, desarrollo, bienestar y felicidad social. Es  la enseñanza que surge de los procesos en marcha bajo el influjo actuante  de las mayorías, en el viejo mundo, en nuestra América y en el Caribe.
    En  este gran contexto nacional y mundial germinan fundadas razones para  el optimismo. Se levantan con inagotable fuerza, grandes manifestaciones  sociales de campesinos, trabajadores, indígenas, estudiantes, del movimiento  popular y de las fuerzas democráticas como esa formidable corriente  de opinión que constituyen los “colombianos por la paz”, a todos  ellos desde aquí, nuestro saludo combativo colmado del irrevocable  compromiso por la solución política, hacia una verdadera paz con justicia  social.
    En  esta gesta heroica, los mandos y combatientes de las FARC EP estaremos,  como desde Marquetalia, acompañando al pueblo en sus más altos empeños  hasta alcanzar la Nueva Colombia porque los farianos nos nutrimos e  inspiramos de las invencibles luchas de nuestro pueblo, de las certezas  que nos han acompañado durante 44 años de lucha revolucionaria, del  ejemplo y sacrificio de Raúl, Iván, Felipe, Camilo, Dago y tantos  otros caídos y especialmente del ejemplo y enseñanzas del invencible  y legendario conductor de guerrillas, comandante en jefe, Manuel Marulanda  Vélez.
    Saludamos  y les manifestamos nuestra solidaridad militante en las cárceles del  régimen a los guerrilleros y a todos los presos políticos, a Sonia,  Simón e Iván Vargas, a todos les reiteramos que no cejaremos la lucha  por cristalizar un Acuerdo Humanitario.
    Saludamos  a los guerrilleros y guerrilleras de las FARC EP, a las Milicias Bolivarianas,  Partido Clandestino, Movimiento Bolivariano, otras organizaciones Revolucionarias,  organizaciones de Masas, Fuerzas Democráticas, a nuestros simpatizantes  y amigos los alentamos a redoblar esfuerzos. Los colombianos no podemos  tener como destino las actuales desgracias, porque el futuro nos pertenece,  es que debemos labrarlo desde siempre y eso solo será posible mediante  la unidad y la convergencia del esfuerzo colectivo.
    Al  pueblo colombiano le proponemos trabajar por un nuevo gobierno, patriótico,  democrático, Bolivariano con rumbo al socialismo, que desarrolle la  plataforma bolivariana, trabaje por una Constituyente que sea respetada  en sus decisiones, representativa de todos los sectores de muestra nacionalidad,  que aborde los temas vedados a la Constituyente de 1991 y así cimentar  sobre sus bases la paz democrática que anhelamos la enorme mayoría  de los colombianos.
¡En Bolívar Nos Encontramos Todos!
¡Honor Y Gloria A Nuestros Combatientes Caídos!
¡Hasta la Victoria Siempre!
    ¡Hemos  Jurado Vencer y Venceremos!
Secretariado del Estado Mayor Central
FARC EP
Montañas de Colombia, Diciembre 22 del 2008

