terça-feira, 1 de julho de 2008

PPS of Mexico, Tesis aprobadas por el 129 Pleno del Comité Central [Sp.]

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From: Popular Socialist Party of Mexico, Saturday, June 28, 2008

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El Partido de la Clase Obrera y el Desarrollo de las Condiciones Subjetivas Para el Cambio Revolucionario en México Hoy.

Tesis aprobadas por el 129 Pleno del Comité Central.

PARTIDO POPULAR SOCIALISTA DE MÉXICO

Zacatecas, junio 20-21 de 2008

Las condiciones objetivas están dadas. El PPS de México y la construcción de las condiciones subjetivas para el cambio revolucionario.

1. Las condiciones objetivas para el cambio revolucionario en nuestro país están dadas. La crisis del sistema capitalista mundial; la agudización de la contradicción imperialismo-dependencia y las que se dan entre las clases sociales en México, son tres procesos que han madurado. Pero no existen todavía las condiciones subjetivas. Crearlas es inaplazable.

2. La creación de las condiciones subjetivas para la revolución socialista en México, como en todo país capitalista, consiste en el desarrollo de la conciencia política de clase de los trabajadores, de su cultura revolucionaria, y de un alto grado de organización y disciplina. Impulsar ese proceso es una tarea esencial y de combatividad a la que debe contribuir el Partido Popular Socialista de México como un deber insoslayable.

La necesaria unidad de todos los comunistas.

3. Nuestro partido está consciente, sin embargo, de los efectos negativos que tuvieron las transformaciones ocurridas en las dos últimas décadas del siglo XX, sobre los partidos comunistas y obreros del mundo. México no escapó a ese fenómeno. La izquierda partidaria del socialismo está hoy más fragmentada que nunca en nuestro país. Nuestro propio partido sufrió daños muy severos. Creernos autosuficientes y reclamar para el PPS de México la legitimidad revolucionaria única, en estas condiciones, sería un absurdo y una petulancia en que no podemos incurrir; lo cierto es que por hoy no existe el partido único, revolucionario, fuerte, cohesionado y bien pertrechado ideológicamente, capaz de conducir la lucha revolucionaria hasta la victoria. Hay que edificarlo.

4. En este marco, el PPS de México se asume como una fuerza consciente al servicio de la clase obrera, dispuesta a desplegar todo su esfuerzo en la tarea histórica de construir el partido único de la clase obrera, del cual nos consideramos uno de sus afluentes. Para construir el gran partido comunista que llevará la revolución socialista a la victoria, nuestro partido está en la disposición de trabajar unitariamente, sin exclusiones previas, con todos los demás partidos y organizaciones que coincidan en ese objetivo histórico. Está en la disposición de discutir colectivamente y construir una única concepción teórica, una única línea estratégica y táctica, una línea política única y un partido único, integrado de manera plena. En tanto se desarrolla ese proceso, que no suele ser de muy corta duración, está dispuesto a avanzar por la vía de la unidad en la acción.

5. En el camino de construir el gran partido comunista, que la clase obrera de México necesita, nos queda muy claro, sin embargo, que debemos a la vez fortalecer a nuestro propio partido cuantitativa y cualitativamente. Necesitamos más miembros, más cuadros, mejor organización, mayor preparación ideológica individual y colectiva, mayor dominio del arsenal de conocimientos teóricos que nuestro partido ha acumulado a lo largo de 60 años de combate, y más disciplina. Es claro que el partido único de la clase obrera debe ser la suma de afluencias a la que debemos contribuir con la fuerza más significativa posible.

6. Un PPS de México más fuerte, y un trabajo paciente y tenaz hacia la construcción de la unidad de todos los partidarios de una sociedad socialista y comunista, son dos objetivos inaplazables en el proceso de crear las condiciones subjetivas para la revolución socialista. Pero no bastan. Sin acción revolucionaria no hay teoría revolucionaria, y sin el conocimiento profundo de la realidad nacional que se desea transformar es imposible lograrlo. Por eso, nuestro partido se esfuerza en examinar nuestro proceso histórico y nuestra realidad actual, como lo hizo desde sus inicios. Siendo ésta una de las principales fortalezas de nuestro partido, está consciente de que es su responsabilidad y deber ineludible, el de aportar su acervo al caudal del proceso unitario, por medio del debate de las ideas.

El análisis y comprensión de nuestra realidad, aporte fundamental del PPS de México al proceso unitario.

7. Como fruto de sus reflexiones, nuestro partido valora las grandes diferencias que existen entre América Latina y otras regiones del mundo, como Europa, en cuanto a desarrollo histórico, que se reflejan necesariamente en las características de las luchas revolucionarias en nuestros días. Parte de estas diferencias radica en que en América Latina hay diversas clases y segmentos de la población luchando contra las injusticias, no sólo la clase obrera. Luchan además los indígenas, por ejemplo, desde cinco siglos atrás; desempeñan hoy mismo un rol muy significativo en los casos de Bolivia y Ecuador, en las derrotas infligidas a las oligarquías locales, subordinadas y sostenidas por el imperialismo; y en los pasos que se dan hacia la independencia y soberanía. En México luchan también. Y las mujeres batallan con decisión, las de las clases sociales explotadas, sobre todo, como género discriminado y atropellado por partida doble. La juventud lucha con sus demandas propias, y en ocasiones enarbolando otras, más generales de la sociedad. Luchan los campesinos pobres, exigiendo un trozo de tierra para cultivar, y condiciones al menos de sobrevivencia, a las que cada vez menos pueden acceder en nuestros países. Y sectores de la pequeña burguesía también luchan, porque el proceso de saqueo al que somete el imperialismo a nuestra región, muy agravado en el último cuarto de siglo –el de la globalización neoliberal- les arrebata toda clase de beneficios y los amenaza con la proletarización; y hasta el lumpen, a veces también lucha.

8. Esta diferencia obedece al hecho de que nuestros países forman la otra parte del sistema capitalista mundial en su fase imperialista, la parte del mundo que no logró el desarrollo capitalista ni pasó por tanto a la fase del capitalismo monopolista de Estado y a la exportación de capitales, la fase imperialista. Los nuestros son países capitalistas dependientes; sus recursos naturales y su fuerza de trabajo son saqueados, y sus culturas, destruidas, por el imperialismo. Sus estados nacionales son sometidos, por los estados imperialistas, a su dominio político.

9. Por tanto, siendo el nuestro un país capitalista dependiente, el PPS de México considera que igual que en todos los países de este tipo, la revolución hacia el socialismo, en una fase inicial toma la forma de lucha por la liberación nacional respecto del imperialismo. En esta fase de la revolución, la clase obrera cuenta con numerosos aliados potenciales; de hecho lo son todas las franjas y sectores de la población a las que el imperialismo explota. Se trata de una valiosa ventaja que contrarresta la debilidad de una clase obrera que en nuestros países es incipiente a causa de que la industrialización ha sido escasa y tardía, cuando no todavía inexistente.

La revolución antiimperialista y de liberación nacional, hacia un régimen de democracia del pueblo, a la orden del día.

10. Esta fase de la revolución es la que está ya a la orden del día en México y América Latina en su conjunto. La contradicción múltiple que se da entre el imperialismo y el conjunto de clases y sectores sociales que aquél expolia, es la que exige solución, para destrabar el desarrollo de las fuerzas productivas en las circunstancias actuales de la vida nacional y regional.

11. El conjunto de clases y sectores sociales que el imperialismo expolia, lo forman casi todas, salvo una pequeña élite, una oligarquía terrateniente y un sector de la burguesía, proimperialista y subordinado.

12. A causa de esa contradicción múltiple, agudizada en los últimos 25 años, es que todos los días surgen protestas y rebeliones en los más diversos lugares de nuestro país. Lo mismo sucede entre los trabajadores organizados en los grandes y combativos sindicatos, como los de los electricistas y los mineros, o los maestros de escuela, que entre los campesinos, a los que se ha llevado a la miseria más espantosa; lo mismo, entre los indígenas a los que se despoja de todos sus derechos y de los elementos indispensables para sustentar una vida digna, que entre las mujeres a las que se atropella como nunca en nuestra historia; y desde luego, entre los jóvenes, para quienes cada vez está más nebulosa la perspectiva de satisfacer sus anhelos de superarse por medio del estudio, el deporte, la cultura y el ejercicio de una ocupación justamente remunerada; también entre los ancianos, a los que se priva de los derechos de jubilación, después de haber entregado sus vidas enteras a la producción de bienes, de los que a fin de cuentas se han apropiado los imperialistas y algunas capas minúsculas de la burguesía autóctona. Por todo eso estallan movimientos en todas partes: en el norte y en el sur, al este y al oeste; de carácter local, regional, gremial, nacional y que responden a problemas particulares que, sin embargo, tienen las mismas causas profundas. Porque es claro, como hemos dicho, que los problemas de los maestros de escuela no tienen solución por separado, como tampoco los que aquejan a los trabajadores electricistas, o a los mineros y metalúrgicos; a los campesinos ni a los indígenas de las más de cincuenta etnias mexicanas. Es claro que no hay salida para lo que angustia a los jóvenes ni para las dificultades que sufren los ancianos, las mujeres, los varones, si no se ataca la raíz de todos estos conflictos, el problema esencial: la intervención y el saqueo de que nos hace objeto, cada vez más, el imperialismo, es decir, el capital financiero y corporativo internacional.

13. Por eso, los brotes espontáneos no tienen la capacidad ni el potencial para avanzar hacia la solución de la causa de causas. Se trata de una solución revolucionaria, que implica el cambio de la clase social en el poder; el desalojo no de un partido político por reaccionario que sea, sino de toda la burguesía proimperialista y subordinada al capital financiero y corporativo internacional, que en la actualidad se sirve del sistema político y de partidos, todo. E implica la toma del poder por parte de un bloque social amplio y plural, integrado por todas las franjas y sectores de la sociedad expoliados por el imperialismo.

14. Esta fase de la revolución, desde luego, también requiere de condiciones objetivas y subjetivas, igual que sucede con la revolución socialista. Las objetivas están plenamente maduras, en México y en toda América Latina. Las subjetivas están en proceso de construcción en cada país de acuerdo a su ritmo y condiciones: en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador, en Nicaragua, en todos, con la excepción de Cuba, que ya ha avanzado más, ha logrado su plena independencia y autodeterminación, y está inmersa en la construcción del socialismo, aun en medio de condiciones muy adversas, de orden internacional.

15. En el caso de México, la construcción de las condiciones subjetivas para la fase nacional-liberadora de la revolución, exige de un movimiento de masas nacional, eficazmente articulado, combativo y consciente de la necesidad de echar del poder a esa clase social entregada a intereses ajenos y contrarios a los de todo el pueblo de México: la burguesía proimperialista y subordinada al imperialismo.

16. Igual que a la clase obrera, la conciencia política de clase le viene de afuera, igual sucede en el caso de este amplio bloque plural, con respecto de la revolución de liberación nacional.

17. También en este caso corresponde a nuestro partido la tarea y la responsabilidad de contribuir a educar políticamente y organizar a todo ese amplio conjunto de fuerzas, para la conquista de la plena independencia nacional respecto del imperialismo. Por eso es que nuestro partido ha resuelto interactuar con todas estas fuerzas para contribuir a que los diversos referentes de la lucha popular vayan llegando a la conclusión de que es necesario combatir, no ya únicamente a los enemigos particulares de uno u otro sector, de una u otra zona o región, sino a la clase social dominante en su conjunto -la burguesía subordinada- y todavía más, a la fuerza externa que sostiene a esta burguesía, sin cuyo soporte, ésta nada sería: el imperialismo. Y para contribuir a que se desarrolle, por tanto, la conciencia sobre la necesidad de unir todas esas luchas particulares en una de carácter general, articulada y consciente, contra el imperialismo, por nuestra segunda y definitiva independencia, y por el cambio de régimen, hacia una Democracia del Pueblo, antesala de una sociedad socialista.

Conciencia firme y elevada disciplina en nuestro partido, para responder a los desafíos de este momento histórico.

18. Desde luego que esto sólo lo puede hacer el Partido si está inmerso en el movimiento de masas. Por esa razón, en las actuales circunstancias de fuerte agudización de la lucha de clases; de hostilidad extrema por parte del imperialismo y la burguesía subordinada, contra todos las franjas y sectores de la población; de desarrollo de las condiciones subjetivas para el salto revolucionario hacia la plena independencia nacional, no es aceptable que existan compañeros en parte alguna del país, en nivel alguno de la estructura partidaria, que se marginen de esa tarea fundamental. Ni otros que se marginen de la discusión central, del debate colectivo y que luego se consideren desligados del deber de acatar lo resuelto, o lo ignoren de plano; que postulen que no hay claridad en las ideas, en los planteamientos o en las resoluciones; que se viene actuando de manera espontánea o improvisada, o que es necesario reiniciar una y otra vez la misma discusión, que ya se ha dado en numerosas ocasiones. Es deber del partido en su conjunto, en tanto que es una organización leninista, criticar a los camaradas que incurren en tales errores, como corresponde hacerlo a los revolucionarios: del modo más fraternal y persuasivo, sin dejar de ser enérgico; criticar sin hostilidad, con paciencia, –porque a fin de cuentas la disciplina es un asunto de madurez de conciencia, no de sanciones-; pero haciéndoles ver, cuantas veces sea necesario, la enorme necesidad de que se sumen a esta lucha que es esencialmente revolucionaria, y que lo hagan de una manera consciente y decidida, al máximo de sus posibilidades. Recordarles la afirmación de Lombardo en el sentido de que “el partido sólo puede vivir, desarrollarse y triunfar, en contacto estrecho con las masas populares”.

19. Y de igual manera, nuestro Partido debe reconocer a los compañeros que se han destacado en esta actividad fundamental, como los camaradas de Zacatecas, no todos, su núcleo central; de Jalisco, de Baja California, de Oaxaca, y en lo individual el compañero Luis Miranda, en el nivel nacional. Ellos están llevando las tesis del partido al frente de masas y participando con dedicación en el proceso de su articulación y desarrollo.

20. Nuestro partido sustenta con Lombardo que “Necesitamos una nueva Revolución… esta revolución será la cuarta etapa de la Revolución ininterrumpida de nuestra historia, después de las etapas de la Independencia, de la Reforma y de la lucha contra la dictadura de Porfirio Díaz. Esta cuarta revolución tendrá sus propias características... Será una revolución basada en la vigorización de la conciencia de clase del proletariado y en la educación política de las otras fuerzas sociales que han de cooperar a la democracia del pueblo. Una revolución caracterizada por grandes movimientos de masas, vigorosos, resueltos y entusiastas”. Los militantes del Partido Popular Socialista de México debemos darnos a la tarea de desatarla y conjuntamente con otras fuerzas llevarla a la victoria; para tal fin, es indispensable dedicar todo nuestro esfuerzo colectivo a la tarea de desarrollar las condiciones subjetivas, puesto que las objetivas están maduras.

Las tareas centrales de nuestro Partido hoy.

21. Sin embargo, desarrollar las condiciones subjetivas, como se planteó, es una tarea compleja y urgente, que exige actuar de manera simultánea, decidida y sin demora en los siguientes aspectos:

a) Profundizar en el examen teórico de nuestra realidad para tener en todo momento las propuestas adecuadas a las situaciones siempre cambiantes; para poder aportar a los aliados y amigos nuestros juicios sustentados, sobre todo en momentos en que la batalla de las ideas es esencial, más que nunca, y para confrontar y derrotar a los enemigos de la clase trabajadora y del pueblo.

b) Fortalecer a nuestro partido en cantidad y en calidad, porque éste es, para nosotros, el núcleo central de toda la tarea. Necesitamos fortalecerlo en su estructura, en su organización, en su disciplina; en la formación y promoción de cuadros, porque éstos son esenciales, sobre todo en momentos de agudización de la lucha; invitar a formar parte de nuestra organización, en plena igualdad a todos aquellos compañeros de los frentes de masas que se destaquen por su verticalidad, por su entrega a la lucha, por su elevación de miras; elevar la mística partidaria, el cariño al nombre, a la historia del partido, a sus símbolos; privilegiar el fondo, la esencia de las tareas partidarias, puesto que actuar sólo de manera formal constituye una simulación inaceptable; pero tampoco desestimar las formalidades, puesto que ambos elementos, forma y fondo, constituyen un todo dialéctico, y porque actuar sin la formalidad necesaria deviene en una actitud anárquica; tener claridad del rumbo y firmeza en las acciones, por parte de todos los cuadros del partido, sin titubeos ni vacilaciones; participar en la discusión colectiva, en los acuerdos, asumirlos conscientemente al final de los debates; cumplir las tareas con entusiasmo.

c) Avanzar también de manera audaz y decidida en el proceso de unidad con los demás partidos y organizaciones que se asumen partidarios de la construcción del socialismo, hacia la edificación del partido único de la clase obrera, tanto por la vía de la unidad en la acción, como del debate fraternal de las ideas, porque sin unidad ideológica plena, de principios, de estrategia, de táctica, de visión histórica, de vía revolucionaria, la construcción de la unidad orgánica de un partido de clase no es posible. Utilizar el proceso de unidad de los partidos de izquierda revolucionaria, que es, para nosotros, el segundo círculo de toda la tarea, como palanca para impulsar la maduración del movimiento de masas.

d) Desarrollar con rapidez el proceso de articulación del movimiento de masas, dotarlo de claridad en cuanto a lo que significa el imperialismo, de lo que es la burguesía subordinada, de la necesidad ingente de conquistar la independencia nacional plena, sin la cual ninguno de los problemas que afectan a unos y otros podrá resolverse de fondo; y desectarizarlo, hacer ver a sus componentes que no hay enemigos dentro, que no lo son los partidos respecto de los movimientos sociales ni viceversa; que no lo son unas tendencias de otras; que su fortaleza está en la acción conjunta y articulada de todos. Este tercer círculo, como se ha dicho, es fundamental en la etapa inmediata de la lucha revolucionaria.

e) Mantener una elevada solidaridad internacional y un intercambio muy ágil de ideas y experiencias con el movimiento comunista y revolucionario del mundo –y sobre todo el latinoamericano- porque, ante el grado de internacionalización del dominio imperialista en su fase actual, de la globalización neoliberal, hoy más que nunca se hace indispensable que los proletarios del mundo estemos unidos.

El XX Congreso del PPS de México y el desarrollo de las condiciones subjetivas para el cambio revolucionario.

22. En nuestro pasado Pleno resolvimos que había que convocar al XX Congreso de nuestro partido y pensamos que podría celebrase hacia finales del 2007, entre otras razones, a la vista de que se vencía el plazo que marca nuestro Estatuto. No quisimos, sin embargo, que fuera un Congreso que cumpliera solamente con las formalidades, puesto que eso no tiene sentido. Valoramos que era necesario que en la fase de sus preparativos el partido se fortaleciera en cantidad y calidad, a la vista de la agudización creciente de las contradicciones. Se llegó el plazo previsto sin que los preparativos avanzaran lo suficiente. Hoy, a la vista de las tesis aprobadas por este 129 Pleno, el Comité Central resuelve reiterar su decisión anterior; considera que el XX Congreso debe realizarse este año; que su preparación debe cumplir con los requisitos anteriormente previstos y que dicho Congreso debe constituir un hito en el proceso del desarrollo de las condiciones subjetivas para el cambio revolucionario de México. El 129 Pleno del Comité Central acuerda plasmar lo conducente en una resolución especial.

Zacatecas, 21 de junio de 2008.

*End*

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